El envejecimiento de la población a nivel mundial es una realidad. Los efectos producidos por el proceso de envejecimiento son múltiples y variados, que deben ser conocidos por los profesionales en general y en este caso, los técnicos deportivos en particular, que trabajan con personas mayores.
El rol del ejercicio físico sobre los efectos del envejecimiento ha demostrado ser efectivo en la prevención y/o ralentización de la aparición de determinadas patologías (sarcopenia, diabetes tipo II, algunos tipos de cáncer, deterioro cognitivo leve, etc.), por lo que la oferta de programas de ejercicio físico dirigidos a la población de mayores se ha convertido en una necesidad social para contribuir a la mejora de la funcionalidad y calidad de vida de este grupo de población.
Así, este tipo de programas suelen contemplar, por lo general, propuestas de carácter puramente físico, no contemplando aspectos cognitivos y/o emocionales, que pudieran retrasar o evitar, de una forma lúdica y saludable, demencias o Alzheimer en nuestros mayores. Por tanto, realizar propuestas de programas de ejercicio físico dirigidos a personas mayores desde una perspectiva integral y holística que contribuya al desarrollo de aspectos cognitivos y emocionales, aparte de los puramente físicos, va a contribuir al desarrollo y mejora de la calidad de vida de los participantes, donde el deterioro cognitivo y/emocional suelen estar presentes en su día a día, evitando el tránsito de la fragilidad a la discapacidad y dependencia.
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