En el transcurso de los últimos 30 años, la sociedad ha transitado por vertiginosos periodos de cambio apalancados en plurales tendencias socio económicas. Desde una globalización incipiente en los años 90, pasando por la digitalización preponderante en el periodo del 2000, y una mayor capacidad de socialización digital en el 2010, ha desembocado en el lustro del 2020, en una sociedad que exige de forma exponencial, una economía social basada en los valores.
Demandamos crecimientos sostenibles sustentados en la generación de riqueza de forma ética, transparente y responsable, donde se distribuya los recursos de forma equilibrada y justa y, donde el impacto de su actividad sea un factor de gestión en los planes de actuación.
El deporte juega un papel clave en la actual era de la sostenibilidad. Buscamos empresas y organizaciones con propósito, por lo que se requiere de la adopción de unos nuevos paradigmas de gestión que nos obliga a tener que integrar en nuestros procesos de gestión, los resortes necesarios que permitan alcanzar una transformación social con el deporte y, dar con ello, respuesta a los principales retos sociales.
Sólo con la adopción de un plan estratégico global de sostenibilidad conseguiremos dar respuesta a un proyecto de deporte con propósito. Un programa cimentado en modelos responsables de buen gobierno que, junto con planes de gestión coherentes del capital humano y, una ejemplar política de gestión del capital social, a más de un respetuoso plan medioambiental, podremos alcanzar una reconversión desde el deporte, en pro de los valores sociales actuales.
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