Planificar la participación ciudadana en el diseño de políticas y programas deportivos es una de las labores más estimulantes de nuestro trabajo. Desde el diseño de todo el proceso, pasando por la ejecución de las actividades participativas, hasta la devolución de resultados a las personas participantes, todas las fases del proceso suponen un desafío excitante y un continuo aprendizaje.
Partimos de la consideración del deporte como una actividad humana que tiene múltiples dimensiones: física, psicológica, social, cultural, económica y política. En este sentido, el deporte puede contribuir al desarrollo humano integral, al fomento de la salud, al fortalecimiento de la identidad, al estímulo de la creatividad, al impulso de la convivencia, al respeto de la diversidad; en definitiva, al desarrollo y bienestar social y personal.
A su vez, el deporte es un hecho social tremendamente dinámico e innovador. Las manifestaciones deportivas, las prácticas, incluso el propio concepto de deporte, están en constante evolución. En este contexto, la participación ciudadana emerge como una herramienta poderosa para forjar políticas deportivas más efectivas e inclusivas.
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